

El 7 de agosto juró como presidente de la República de Colombia el señor Iván Duque en acto llevado a cabo en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Según mi percepción, hago los siguientes comentarios:
Las sillas Tiffanys son muy incómodas e inapropiadas para auditorio por su espaldar recto. Son las indicadas para comidas en eventos sociales.
- La vicepresidente avanza, tomada de la mano de su marido, hacia la tarima donde será el acto. Este gesto, aunque amoroso, es muy informal, no para el momento.
Todo se vistió de color azul. El que tomó la decisión, quizás, pensó en ponerle algo de tinte político con el azul del Centro Democrático, o le tuvo miedo al rojo, el color usual de las alfombras para actos de esta naturaleza.
Hasta los equipos de sonido fueron forrados en el mismo tono de azul. Todo se “igualó”.
Como parte de la decoración, las banderas de los 32 departamentos de Colombia. Todas con escudo bordeado de un círculo rojo, copiado de la bandera de guerra. Por ejemplo, la bandera de Valle del Cauca, no lleva escudo; sin embargo, lo tenía. Parece que este asunto se dejó en manos del fabricante y alguien no dio la orden como debía ser o no las revisó cuando se las entregaron. En síntesis, las banderas fueron alteradas. Un mal ejemplo y una “aprobación” a los proveedores de banderas que no aplican la norma, porque pueden cobrar más por el escudo bordado.
El fondo del escenario donde tomó juramento el presidente, se decoró de forma exagerada con flores obsequiadas por Asocolflores. Los actores del acto, se “pierden” en el colorido. En este muro no hay diseño conceptual; o si lo hay, más parece una decoración festiva social: bodas y cumpleaños. Transmite amistad, suavidad, romanticismo; menos poder. No es sino ver en este enlace cómo se sustenta el estilo de los muros florales con “un must en las bodas”. https://www.tueventi.com/ideas/inspiracion/wedding-floral-backdrops-un-must-en-las-bodas
Dado el obsequio de las flores, si se hacía imprescindible la decoración a manera de muro, se hubiera optado por un diseño hecho por los silleteros de Antioquia, con un símbolo que tuviera algún significado apropiado para el momento. Así, habría otro elemento cultural colombiano que se agregaba a los que se tenían para amenizar el ingreso de los invitados con la música, los bailes folclóricos, los trajes típicos y el canto con las jóvenes del Chocó que interpretaron los himnos.
No sé si habrá paraguas en el mercado que resistan un ventarrón.
Para finalizar, considero que este acto debe llevarse a cabo en el Capitolio Nacional, sede del Congreso de la República y no en una plaza cual espectáculo público al aire libre.
4 Comentarios. Dejar nuevo
Muy buenas observaciones.
Parecía una fiesta de quinceañera y no un cambio de poder presidencial.
Gracias por sus comentarios. Así es
Excelente señora Piedad Maya, a mi parecer muy acertados sus comentarios y la percepción del evento, Gracias por compartir sus conocimientos.
Gracias por sus elogios