Sillas vestidas y con telas en colores alusivos a la bandera de Cali. Esto más que exaltar el sentido de pertenencia hacia la ciudad, es consumismo y no resulta de buen gusto.
Son los proveedores los que inventan estas modas que empiezan en los eventos sociales y terminan en los actos más solemnes de Estado. Los proveedores “asesores”, mientras no conozcan unos principios de semiótica, ceremonial y protocolo, echarán todos los conceptos en la misma bolsa.
Aviso para marcar los nombres de los puestos, impreso en hoja tamaño carta: demasiado grande. Basta con una tarjetica pegada arriba del asiento.
Escudo de Cali en la banda, un escudo que ya no es, porque en el decreto 057 de 2003 se aprobó la utilización del escudo de Cali original, según previa consulta que se hiciera a la Academia de Historia del Valle, con respuesta del experto en herláldica Christian Caicedo de la Serna.
La puesta del collar no es esa.
Telas puestas con los colores de la bandera de Cali, en su mismo orden. Esta es una moda para eventos sociales y empresariales como lanzamiento de marcas, pero no es lo ideal que una bandera se utilice así. El fin de una bandera es ondear ebn una fachada o engalanar un salón para un acto. También puede pender en la fachada de un edificio, pero completa, no fragmentada. No creo que el alcalde quiera ver una ciudad como Cali fragmentada. Así, pues, no basta con “decorar”, sino que es necesario conocer algo de semiótica, protocolo y ceremonial para no incurrir en errores como éste.
En cuanto a las banderas que están en las astas, están mal ordenadas, porque Cali está a la derecha de Colombia, cuando debiera ser la del Valle que fue ubicada a la izquierda.
Me dicen que en una tarima próxima se presentaba un show de salsa y dos de los bailarines decidieron ir a la tarima principal para sacar a bailar al alcalde y a su esposa. ¿Estaba en el guión?
1 Comentario. Dejar nuevo
Felicitacion.
Saludo cordial.
Es muy puntual la seleccion de comentarios,ademas deseo sumar mi opinion que la propuesta musical en las ceremonias y protocolo se hacen a "capricho" o gusto del organizador como le apetece o su sentido de moda.
La ceremonia debe tener altura y no convertirse en un baile,ademas de que los comentarios de los asistentes deben ser en voz baja para mantener la altura y la etiqueta.
Cordialmente:
Enrique Millan Gomez
Profesor de Historia-Organizador de Eventos-Concertista.