El sábado pasado, en Consejo Comunal celebrado en Aguadas, nuestro presidente, Álvaro Uribe Vélez, recibió la “Gran Orden del Sombrero Aguadeño en su grado de Oro”; fue declarado “Gran Hijo Adoptivo de Agudadas” y firmò en el “Libro de Oro” de la Alcaldía.
Una parte de la Resolución respectiva dice:
“Conferir, a nombre del pueblo de Aguadas, la ‘Gran Orden del Sombrero Aguadeño en su Grado de Oro’ al excelentísimo señor Presidente Álvaro Uribe Vélez, como reconocimiento sincero a su admirable y extraordinaria obra de gobierno”.
“La historia de la Nación registrará en sus gloriosas páginas el nombre ilustre de su Primer Mandatario, como el gobernante que ha devuelto al pueblo colombiano la fe en los principios democráticos de su Constitución, la confianza en la seguridad ciudadana y la firme esperanza de una paz duradera, a cuya sombra el progreso y la grandeza de Colombia se consolide y fructifique”.
Durante la condecoración, la comunidad resaltó que por primera vez la historia aguadeña registra la visita oficial de un Presidente de la República en ejercicio.
La Gran Orden del Sombrero Aguadeño fue creada a través del Decreto número 083 del 27de diciembre de 1980, para exaltar la virtud y la obra de aquellas personas o instituciones, propias o foráneas, que, haciendo gala de amor y civismo, se vinculan al progreso espiritual o material de la tierra aguadeña.
Hasta aquí todo bien, con excepción de “Excelentìsimo señor Presidente”,según Decreto 1678 de 1958.
Al finalizar el Consejo Comunal, el Gobernador de Caldas, de nuevo mencionó la entrega de la Orden e hizo referencia al término “El Putas de Aguadas” y que así como existía este término, él quería que el presidente fuese “El Putas de Colombia”.
Existen términos que solamente los entienden los de su propia cultura, en el sentido que se les quiere dar, obviamente. En otras partes o en la misma, pero con gente extraña, pueden sonar fuertes.
“El Putas de Aguadas” hace referencia al diablo de los arrieros; ellos dicen que lo que no haga el Putas, no lo hace nadie; tiene por él una especie de temor y fe mezclados, y siendo su enemigo natural, quieren tenerlo al mismo tiempo de su parte.
Con su vocabulario insólito arrean las muladas, permanente oración que camina bajo el peso de los fardos, mientras los arrieros hieren el aire con silbidos, restañan los zurriagos y gritan burdas palabras o versos injuriantes y desabridos, como:
arre mulitas___que vamos pal puerto___con la boca cerrada___y el culo abierto.
Cuando el camino está hecho un lodazal, le hechan la culpa al Putas; cuando se rueda una mula, dicen que se la llevó el putas; cuando se cae en un tremendal hay que levantarla antes de que se la lleve el Putas.
Cuando los arrieros ven una hembra gustadora, dicen que es más bonita que el Putas y si no lo es; pues que es más fea que el Putas; y cuando los coge la noche antes de toldar o llegar a la posada, exclama: ¡Nos llevó el Putas!.
En cuanto a su lugar de origen, se dice que el Putas es de Aguadas Caldas.— tomado de Chispaisas.
Con padres paisas, desde chica supe que decir “El Putas” era invocar al demonio. En consecuencia, no estoy de acuerdo con que al Presidente se le trate de esa forma. Repito, hay palabras que solo las entienden y les suenan bien a los de su propia cultura, pero a los demás no. Es el caso de “su mercé” vocablo que suena bien en Bogotá, pero que a nosotros en Cali nos suena de la época colonial; lo mismo la palabra “berraco” o “berraquera” que se utiliza en Cali, pero suena fuerte y fatal en otros lugares.