En Medinaceli, España, se celebra desde hace unos 500 años la Fiesta del Toro, declarada de interés turístico nacional.
Dicho rito consiste en amarrarle al toro en sus cuernos dos antorchas y luego soltarlo hasta que se acaben. La gente ve, corre, salta, se acerca, ríe, goza…
Al verlo por televisión española, no pude menos que asombrarme por semejantes imagenes y decirme: cómo que en un país del primer mundo,gocen con algo así; aunque los defensores de la fiesta digan que el animal no sufre nada.
Esto me hizo recordar un ritual que se acostumbra en un pueblo del Perú de derribar un árbol grande, porque así lo manda la tradición desde hace muchísimos años.
Perdón por mi ignorancia en estos asuntos antropológicos y sociológicos, pero todo tiene su momento. En Colombia, por ejemplo, había en algunos parques Monumento al Hacha, como homenaje a aquellos que derribaron árboles para colonizar. Esto ahora es vergonzoso.
Quién sabe, pues, qué tan desocupados estarían los de Medinacelis hace 500 años que no encontraron otra forma de entretenerse de manera colectiva.
3 comentarios. Dejar nuevo
Estoy totalmente en contra de fiestas en las que el animal es el que organiza. Es decir, el acémila no es el toro sino el hombre. En España, mi país, hay más personas en contra que a favor de esos actos. En mi país también, hay un gran porcentaje que está en contra de los certámenes en los que se elige “Miss” como sinónimo de la belleza femenina. Síntomas evidentes (toro y mujer)de etiquetas ancestrales que han de desaparecer por causar un maltrato indiscutible a animales y mujeres.
Pues habrá que hacer una campaña en ese sentido también.
Arriba los animales.
aBAJO LOS SADICOS CRIMINALES .