Con lo poco que sé de música, durante las eliminatorias de Eurovisión, siempre me parecieron excelentes las voces, el ritmo, la belleza de los intérpretes y la coreografía de Rusia, Grecia y Ucrania (aunque no mencioné esta última en artículo pasado) Ganó Rusia con Dima Bilan y su canción Believe. Excelente acierto, que también se lo merecía Grecia.
Ya viéndolos a todos, con esas magníficas voces, no tenía por qué ganar el Chiqui chiqui, pese a su creatividad que, en últimas, era más una caricaturesca y pegajosa intervención.