Un poquito de semiótica.
Dentro de los códigos sociales, cuya función es significar la relación entre los hombres, están los perfumes y los olores.
La palabra incienso se deriva del vocablo latino incendoere, es decir, “encender, quemar, incendiar, prender fuego, iluminar”. Se ha usado desde hace muchísimos años, como parte de las costumbres y rituales de las diversas civilizaciones y religiones.
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento aparecen gran cantidad de menciones sobre el incienso. Así, tenemos que en Éxodo 30:1 se le indica a Moisés que debe hacer un altar separado, de madera de acacia, para quemar incienso. Más adelante, en Éxodo 30:7 se dice textualmente:
Todo esto para indicar que el incienso hace parte de los rituales y los rituales o ceremoniales se relacionan con el protocolo.