Empezaré este artículo diciendo que los libros son una buena referencia para el aprendizaje. Obvio. Pero ello no quiere decir que uno escoja determinado concepto por la mayor cantidad de veces que lo encuentre en los libros.
Me explico. No puedo decir que la manera correcta de utilizar la cuchara al comer, es llevándola de frente porque así lo dicen la mayoría de los libros. Ello no es una justificación valedera. Debo leer y apropiarme del conocimiento pero con bases del porqué es de una u otra manera.
Esa es la diferencia entre el empírico y el profesional. En la mayoría de los casos, el empírico no conoce lo de fondo, sino que se limita a decir lo que lee o lo que sabe. El profesional, como lo dice alguien por ahí, “sabe lo que dice”, porque sabe el fondo del asunto en cuestión.
Es como si yo hablara de decoración de interiores, sólo porque me leí un libro o vi varias revistas, pero no tengo ni idea de las bases en cuanto a proporciones, colores, formas, luces. Queda claro ¿verdad?
Pero volvamos al tema de la cuchara, esa herramienta que sirve para llevar alimentos líquidos a la boca.
1. Para tomar sopa con sólidos, se utiliza cuchara con punta y se lleva de frente para arrastrar con los labios el contenido de la sopa.
2. Para tomar cremas, aquellos líquidos, con cierta consistencia espesa y que no llevan nada de masticar, se utiliza cuchara redonda y se lleva de lado; es decir, se vierte en la boca el contenido.
3. Si es incapaz de comer los spaguettis con el tenedor, pida una cuchara como ayuda.
4. La cucharita más pequeña de un juego, sirve para revolver el azúcar en el café y, una vez, hecha esta operación, se saca del pocillo y se pone en el platico.
5. La cucharita mediana, de postre, sirve de ayuda, junto con el tenedorcito, para comer postres.
6. Las cucharas de sopa siempre se dejan dentro del plato en momentos de pausas.
En fin, todo comunica, todo significa.