Con esta palabra de “Prepago” se conoce a las mujeres que ejercen la prostitución. Es lo mismo pero distinto. A ver, digamos que tienen un intermediario que hace el contacto con los clientes por lo que recibe un porcentaje.
Pero ¿a dónde va mi cuento en este blog que es de protocolo? Pues, la verdad, quiero traer a cuento dos programas que presentaron en Séptimo Día, de Caracol TV, en domingos anteriores con detalles propios de este antiguo oficio, pero como se desarrolla en Colombia y que resulta un gran atractivo turístico extranjero.
Entre las entrevistas que hizo el reportero, estaba la del cirujano plástico de Medellín que goza de una gran clientela para hacerle lo propio: cirugías estéticas. Cuando el periodista le preguntó cómo era una prepago, mostró su álbum con algunas fotografías y diciendo: “así es una prepago, con el cuerpo así… el pelo así…
No voy a entrar en detalle de las características, para no resultar ofensiva con algunas personas que no ejercen el oficio, pero que copian el modelo de imagen.
Tan solo quiero ratificar una vez más que las personas que nos dedicamos a este tema del protocolo y de etiqueta, en especial de empresa, insistimos en que si una mujer quiere proyectar una imagen ejecutiva porque trabaja en determinados sectores que así lo exigen o lo desean, su cuerpo y su actuación deben ser lejanas a la imagen de la “prepago” que sí necesita de una imagen con la cual pueda hacer su marketing personal.