Foto tomada de Internet
En Colombia les decimos meseros y en otros países, camareros. La RAE dice que es la persona que sirve en los hoteles, bares, cafeterías u otros establecimientos análogos, y también en los barcos de pasajeros.
No es una profesión, es un oficio que requiere ciertos conocimientos y habilidades para prestar un buen servicio al cliente y por consiguiente para que el lugar proyecte una excelente imagen.
No basta con la técnica, también es necesaria la aplicación de las normas de etiqueta propias para este quehacer.
Lo primero es tener claro que el mesero cuando trabaja, atiende a los clientes o comensales y no hace parte de su grupo; no interviene en su conversación, no opina; solo lo hace cuando se le pregunte algo que contestará con exactitud.
Los camareros se vuelven “psicólogos”: basta una sola mirada del comensal para que éste acuda en su ayuda. Así que debe estar atento a cualquier gesto para hacerlo con prontitud y amabilidad.
Cuando pase la carta y los clientes le digan el pedido, la actitud debe ser de agrado, de servicio y no de indiferencia o de prisa porque haya tardanza.
Basta con una sola vez que se pregunte si todo está bien o si la comida resultó como lo esperaban, pero no a cada instante, porque los clientes no son tontos para no quejarse si algo está mal.