No sé ni cómo titular esta bitácora. Es tanta la indignación que siento con el manejo del protocolo en Casa de Nariño…
Hoy fui a mi universidad y, de paso, felicité a la Jefe de Protocolo por la escenificación tan estética que organizó en la última visita que hizo nuestro Jefe de Estado.
Me dijo que Presidencia le había pedido cambiar el mantel rojo por uno blanco. (¡!) y agregó las razones que no expongo aquí por no meterme en un lío.
Señores de Casa Militar: cada cosa y cada color significa por sí mismo. No hay qué pensar más allá.
Con esa información y con otras que he recibido en una serie de cursos que dicté sobre Protocolo, no siento más que tristeza de ver los conceptos tan faltos de cimiento por parte de quienes manejan el protocolo de la Presidencia de Colombia. ¡Qué horror!
Acabo de llamar a Casa Militar de Presidencia para preguntar, cual ciudadana, de qué color se vestían las mesas de honor. Un soldado (“en qué le puedo colaborar”) me pasó con Salones de Estado, dependencia en la que me contestó, como la telenovela de hace años “Simplemente María” y me informó: “Para desayuno, almuerzo y cenas, las mesas las vestimos de blanco”. Le contesté que con razón estábamos como estábamos. Se cortó la llamada.
De nuevo llamé y me contestó otra persona, una asesora de Protocolo de nombre Cecilia Martínez, quien me ratificó lo dicho por “María”: desayuno, almuerzo y cena, blancos y “no hay que complicarse, todos los manteles blancos”. Le pregunté si los asesores de protocolo de Palacio habían estudiado protocolo. Me dijo que sí. Le pregunté dónde a lo que agregó: Mire, “yo estoy muy ocupada ahora y no la puedo atender.”
Ahora entiendo el porqué de la imagen que se proyecta por parte de la Presidencia de Colombia, empezando por la Red.
En resumen, además de los errores de los manteles (hay otros, claro), le sumamos que algunos funcionarios contestan como si Palacio fuera su propia casa.
Cuando se trabaja para el Estado, se presta un servicio, no una colaboración.
Cuando se trabaja para el Estado o para cualquier empresa, el nombre de la persona natural, pasa a un segundo plano, pues lo que importa es el cargo, que el ciudadano o el cliente, sepa con qué cargo está hablando. En el caso de “María” me quedé sin saber si era Asesora, Jefe, Conserje o qué.