Y vuelvo con mi tema de servicio al cliente.
Saludo. Por favor me dice la dirección. (es una empresa nueva)
¿quién llama? -me pregunta la secretaria-
¡!
Todavía no entiendo para qué me pregunta quién llama. Tan solo debía decir la dirección y punto. Qué sentido tiene hacer esa pregunta si es una empresa en la que entran y salen cientos de personas al día.
Otro caso:
Hoy llamé por cuarta vez a una empresa de seguridad para tratar el mismo tema. Siempre me dejan esperando con la grabación sobre sus maravillosos servicios de seguridad, (porque de atención al cliente hum!) y siempre que he llamado, no es posible hablar sino con la recepcionista cuya respuesta, que parece grabación, es: “es que no contestan arriba”.
Entonces yo le contesto. “yo espero”.
Vuelve y dice: “no contesta nadie, es que están ocupados”.
Insisto. “Yo espero” (Pongo mi altavoz y sigo trabajando y oyendo: “Estamos para servirle, nuestros maravillosos servicios de seguridad…”)
Otro caso:
Pero no todo es malo, claro. Debo destacar la maravillosa atención del señor Steven Sander, quien de inmediato que pasó a atender mi llamada dijo: “En qué le puedo servir”, además de que su trato fue muy muy amable y sus respuestas muy claras y concisas.
Como me pareció fuera de serie su trato, quedé con la duda de si sería oriundo de Cali. Llamé para saciar mi curiosidad y, es colombiano, pero no de Cali.