La última moda en los eventos y fiestas es vestir las sillas con fundas a las que se les sobre pone una faja de tela que termina en un moño en la parte de atrás del espaldar.
Cuando las sillas tienen el espaldar recto, la persona se siente cómoda al recostar bien su espalda; pero cuando éste es curvo y le sumamos la faja de tela templada, el efecto es de incomodidad.
Si me encuentro con esto, de inmediato aflojo el elaborado nudo para sentirme cómoda.
Me pregunto si los proveedores u organizadores nunca han hecho el papel de invitados sentándose en sillas muy bien decoradas, pero incómodas. La culpa no es del adorno, sino del efecto curvatura de la silla con tela templada.
Algunos restaurantes también fallan en el diseño de las sillas y son una verdadera tortura: el borde del sentadero hace presión sobre los muslos. De nuevo me pregunto si sus propietarios y administradores no hacen el papel de clientes de vez en cuando.