Primero, hice una llamada telefónica para saber cómo podía tener la atención de un profesional del Derecho. Me pasaron con dos asistentes del Despacho del Contralor, quienes me dijeron que si podía ir en esa mañana, me podrían atender. Así procedí.
Cuando llegué, la recepcionista me atendió muy bien, pues además de la actitud amable, preguntó de qué se trataba para indicarme el profesional que me podía atender en ese momento. Me hizo pasar a otra oficina donde la Contralora encargada escuchó mi queja y procedió a indicarme el camino a seguir.
Pero ahí no termina todo. Ayer llevé la queja escrita y la documentación anexa que fue recibida por la persona encargada de correspondencia. Sumé 34 anexos, cuya constancia se deja en el tiquete sistematizado con código de barras. Salí y a los cinco minutos vi que se me había quedado un documento muy importante. Me devolví, con algo de temor porque además de lo que significa la sistematización de datos, estaba el recibir una negativa con cierta actitud. Pues no. Qué equivocada estaba. La funcionaria no tuvo ningún inconveniente en anular el tiquete anterior y procesar uno nuevo para que el anexo quedara incluido.
Y Oh! sorpresa. La gestión la hice ayer a las cuatro de la tarde y, hoy, a las 7 de la mañana, me encuentro con un correo virtual en el que se me informa que ya se dio trámite de mi solicitud al Despacho del señor Gobernador para que proceda. Yo no lo podía creer.
Desde luego, es obligación de todo funcionario el atender bien a los ciudadanos y darle curso rápido y eficaz a sus solicitudes. El tema es que estamos prevenidos porque ha sido costumbre la mala atención y la tardanza en muchas entidades del Estado.
Felicitaciones a todo el personal de la Contraloría Departamental por esa actitud de servicio, esa amabilidad y esa prontitud en la atención de solicitudes. Ustedes son un maravilloso ejemplo para sus similares.