Encontré un magnífico programa para construir el árbol genealógico: Family Tree Builder.
A propósito, recuerdo uno de mis profesores en la universidad, el de antropología, que decía: “paisa que se respete, hace su árbol genealógico. Al caleño no le interesa para nada”.
Es verdad. La mayoría de los que llevamos sangre paisa, nos gusta todo lo que se relacione con nuestros antepasados, con nuestros apellidos, con nuestro origen.
Por fortuna, para construir el árbol en este programa que menciono, me ha servido un diskette con mi apellido que compré en una feria del libro (aparecía desde mi abuelo y hasta el que vino de España, mi tatara tatara abuelo) y un libro llamado “apuntes genealógicos” que contiene los apellidos Ángel, Gutiérrez, Mejía y Botero, escrito en l989 por el Padre Daniel Angel Gutiérrez, Ph en Filosofía, después de una larga investigación en la que muchos le colaboramos y recibimos su visita personal y otros, por egoísmo, según sus palabras, no lo hicieron, con algunos perjuicios.
Curiosamente, aparezco en los apellidos Ángel y Gutiérrez como quiera que mis abuelos paternos lo llevaban después del Maya.
Encontré que los familiares que llegaron de España, unos eran de Santander: don Juan Prudencio de Marulanda y otros de Vizcaya: Juan de Maya. Lo que no sé es la forma como salieron de España.
Este tema de la genealogía es fascinante, pero requiere mucho tiempo. Así que será un entretenimiento que sumo para cuando me jubile.