Insisto en que el idioma español se debe aprovechar en toda la extensión de su riqueza sin temer a las palabras y su uso. Por ejemplo, es correcta la utilización de la palabra imponer cuando se hace referencia a una condecoración. La misma Real Academia Española de la Lengua da los ejemplos: “imponer la ceniza, la medalla, las manos”.
Hay quienes sostienen que suena demasiado fuerte o impositiva y que, por consiguiente, es mejor utilizar “colocar”.