Cada cual es libre de poner el nombre que quiera a sus hijos. Ni más faltaba. Pero sí es importante tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar problemas o sonoridades no adecuadas.
Nunca, desde que tengo uso de razón, he estado de acuerdo con que los hijos se llamen igual que los padres. Uno llama a una casa preguntando por Pepe y le dicen: ¿cuál, el padre o el hijo?
Por otro lado, si el papá tiene mal comportamiento, el hijo queda “fichado”. Es el caso del hijo del mafioso apodado “Jabón”, Wilber Varela, que tuvo que cambiarse el nombre. Así tendrá que hacer el hijo de Teodolindo Avendaño, el gamonal de Caicedonia, enredado en la “yidispolítica”, que lleva su mismo nombre.
Y qué decir de los que le ponen nombres de personas a sus mascotas y no nombres apropiados. ¿qué sucede? llega una visita a la casa, entonces llaman al perro “Lucasssss” y uno de la visita tiene igual nombre. Resulta como un poco vergonzoso.
A la hora de escoger un nombre se debe hasta pronunciar con el apellido para que haya sonoridad y no cacofonía o entre nombre y apellido se forme una palabra desagradable o una frase risible Ejemplos: Mónica Galindo, Ramiro Ramírez, Vicente Puente, Aquiles Pinto Florez (nombre de un político ecuatoriano)
Llegan nombres de moda y muchas personas no saben ni cómo se escribe ni qué significan: Lady, cuando la princesa Lady Diana. Muchas chicas de esa época fueron bautizadas como Lady, Leidi, Leydi, Leidy.
Y qué decir de Diana, cuya pronunciación Daiana, hizo que así mismo se fijara el nombre y hasta Dahyana.
En cuanto a los nombres difíciles, por educación, sus dueños deben cargar siempre una tarjetica de presentación para que cuando lo deban decir no tengan que deletrearlo una y otra vez.
En el puerto de Buenaventura, es usual que sus habitantes usen el nombre de Usarmy, porque ven en los buques el escrito U.S. ARMY. Pero bueno, es hasta perdonable, si hay ignorancia.
Y yo, prefiero llamarme así, Piedad, que llamarme Leidy Yurlady o Yatzury o Milady entre otros.