Foto tomada de la página Web de la Presidencia de la República
El Presidente Uribe se reunió ayer con el Subsecretario de Estado de Estados Unidos, James Steinberg, en su hacienda “El Ubérrimo”.
Vimos en los noticieros de televisión cómo al corresponderle el turno de hablar a Mr. Stenberg, el mismo Presidente tuvo que solicitar un intérprete porque no se había previsto, de tal manera que le correspondió hacer sus veces a la Embajadora de Colombia en Estados Unidos, Carolina Barco Isakson.
¿Cuál fue la falla? ¿faltó prever intérprete? ¿se dedujo que el señor sabía español o traería intérprete? No lo sé. Lo cierto del caso es que no saber otro idioma no es pecado. Pero una persona que ocupe un cargo así, como Mr. Stenberg, lo mínimo es saber el español como segunda lengua.
Traigo a cuento la reunión llevada a cabo cuando el Presidente Busch y su Secretaria Condolezza Rice visitaron Bogotá. En esa ocasión, trajeron intérpretes y oh sorpresa cuando nuestro Presidente y los ministros que lo acompañaban, hablaban perfecto inglés (según lo contaron los medios de comunicación).
Cuando nosotros vamos a los Estados Unidos, debemos hacernos entender con lo mínimo de inglés, porque ya sabemos la velocidad con que lo hablan; no así nosotros cuando vienen los norteamericanos a Colombia que les ha bla mos por sí la bas y por se ñas pa ra que nos en tien dan, cuando no se sabe inglés. Es decir, allá, usted entendió o entendió.
Como anécdota, me contaron en un curso que dicté en Cartagena, que la señora de un Presidente de USA, al final del almuerzo o cena, pidió en inglés, creo que un café y el mesero (camarero) no le entendió, por lo que la señora, según parece, se contrarió.
Ay! por Dios, lo mínimo es saber algunas palabritas en español como saludar, despedirse o pedir un café. La culpa aquí no es del camarero sino de la ignorancia en algo tan elemental de la señora.